Vivimos en una era en la que Internet está tan inmerso en nuestro día a día que ya no podemos imaginarnos un solo día sin él. Hoy en día Internet está accesible desde múltiples dispositivos y es necesario para desempeñar casi cualquier tarea, de hecho carecer de él podría imposibilitar el trabajo a una mayoría de la población activa.
Tal y como está el panorama debemos tener mucho cuidado a la hora de contratar un ADSL nuevo, ya que una mala elección podría suponer un auténtico impacto en la economía familiar/empresarial. La clave está analizar con detalle cada una de las ofertas.
Para ello, no hay mejor herramienta que el propio internet en sí, olvidemos la clásica llamada telefónica. Por teléfono nos intentarán convencer de múltiples maneras, cada una menos fiable que la anterior. Debemos comparar todas las ofertas disponibles con todos los detalles de cada oferta, incluida la letra pequeña. Este es un proceso largo y costoso, pero merecerá la pena. No olvidemos que si la contratación se hace rápido las consecuencias de una mala conexión pueden ser mucho más perjudiciales a largo plazo.
Por último, no olvidemos que la fiabilidad cuesta dinero, pero siempre es una buena inversión a largo plazo que nos ahorrará cabreos y disgustos.