Uno de cada cinco internautas españoles utiliza adblockers

El uso de adblockers crece tanto en Europa como en América del Norte pero, sobretodo, su crecimiento es explosivo en los smartphones de la región Asia-Pacífico.

Esta es una de las principales conclusiones del estudio que, hace unas semanas, publicaba PageFair, empresa de servicios publicitarios online que, según afirman ellos mismos, ofrece una forma de presentar publicidad justa al mismo tiempo con el consumidor y con quien contrata el anuncio, pudiendo evitar su bloqueo por parte de los adblockers.

Los sistemas de bloqueo de anuncios permiten a los internautas leer, de forma normal, el contenido de las páginas web, pero impiden la presentación de publicidad en formato de banner u otras creatividades que puedan ser identificadas como anuncios y eliminadas del código fuente HTML que recibe el navegador web.

Según los datos del estudio, en un año (de diciembre de 2015 a diciembre de 2016), el número de usuarios de sistemas de bloqueo de publicidad en línea ha crecido en 142 millones de usuarios hasta llegar a los 615 millones en los sistemas de sobremesa, mientras que en los dispositivos móviles experimentó un crecimiento de 108 millones para llegar a los 380 millones de usuarios en todo el mundo.

¿Dónde se utilizan más?

Por países, Irlanda y Grecia se llevan la palma, con casi dos de cada cinco internautas utilizando estos programas (39% cada uno), seguidos de Polonia con un tercio de su población internauta disponiendo de adblockers instalados en sus ordenadores (33%).

Y digo ordenadores porque estas cifras se refieren exclusivamente a sistemas operativos y navegadores de escritorio (desktop; Windows, Mac OS X y GNU/Linux).

A destacar que en los países del norte de Europa, el uso de estas aplicaciones es frecuente: Suecia (27%), Estonia (26%), Dinamarca (25%), Alemania (29%), Austria (26%) y Finlandia (23%) se encuentran en el grupo de los quince países con mayor uso de adblockers.

¿Y España? Con un 19% de los internautas (casi uno de cada cinco), se aproxima a la cifra de su vecino portugués (21%) y prácticamente duplica la adopción de estos programas que se da en Francia (11%).

Si hablamos del ámbito móvil, vemos una curiosa correlación: en países en los cuales el uso de adblockers en los smartphones es alto, no lo es en los ordenadores, llegando a ser incluso muy bajo en este último caso.

El caso más espectacular es el de Indonesia, donde un 58% de los poseedores de teléfonos móviles utiliza un programa de este tipo, mientras que dicho porcentaje es sólo de un 1% en los ordenadores. Le sigui Pakistán (32% frente a 2%), y la India (28% frente a 1%).

En la región Asia-Pacífico, los adblockers para smartphones gozan de gran popularidad. Fotografía de Phuket@photographer.net en Flickr bajo licencia Creative Commons

Esto lleva a que el 94% del uso de los adblockers en dispositivos móviles se produzca en la zona Asia-Pacífico, una situación a la que se ha llegado porque los fabricantes de terminales han facilitado el camino incluyendo este tipo de aplicaciones entre el software preinstalado de sus dispositivos, algo que no se está viendo en Europa y Norteamérica.

Para España, PageFair no dispone de datos en el ámbito de la movilidad, lo que lleva a pensar que su uso en smartphones es residual.

La seguridad y la comodidad, motivos para usar adblockers

¿Qué es lo que impulsa a los internautas a utilizar programas de bloqueo de anuncios? Según el estudio llevado a cabo por PageFair, principalmente dos motivos: la seguridad y la comodidad en la navegación.

Esta última es clara y salta a la vista: muchos anuncios son intrusivos, con creatividades que se sobreponen al contenido de la página mientras el internauta lo está leyendo, y cuyo botón de cierre está hábilmente camuflado para que cueste encontrarlo.

Otros formatos consisten en abrir nuevas ventanas, justo encima de la que estamos leyendo (pop-up), o silenciosamente por detrás (pop-under), que se vuelve visible una vez cerramos la ventana principal.

Menos obvio es el motivo de la seguridad, pero se basa no solo en las cookies de seguimiento u otros elementos que permiten trazar un perfil personal del internauta para conocer sus gustos, sino en la posibilidad de contagiar virus y malware en general.

Como dato curioso, PageFair pone de relieve que las mujeres están más preocupadas por su seguridad en línea en este aspecto que los hombres, en un 38%, mientras que los hombres que están preocupados por la interrupción de su lectura superan en un 14% a las mujeres que manifiestan este como su primer problema.

En el ámbito móvil se suma, además, otro factor de peso: la pérdida de ancho de banda y el consumo de datos que conllevan los anuncios, especialmente los que utilizan vídeo, y que preocupan especialmente a los usuarios que tienen contratadas tarifas de datos constreñidas, o bien bonos de uso por megas o gigas, ya que la presentación de dichos anuncios comporta gasto de datos no deseado.

No obstante, existe esperanza para los anunciantes y quienes viven de la publicidad: un 77% de los internautas que participaron en el estudio y utilizan bloqueadores de anuncios, se muestra partidario de ver publicidad en línea, siempre que esta sea segura y no intrusiva.

Los adblockers, una merma para las arcas de los sitios web

Impedir la visualización de anuncios en las páginas web provoca pérdidas económicas a estas últimas o, más correctamente, dejar de ingresar dinero.

Es cierto que servicios como Google AdSense aportan pingües beneficios, pero los bloqueadores de anuncios también afectan a la publicidad contratada directamente entre el propietario del sitio web y el anunciante, que es dónde se encuentra realmente el beneficio económico para el primero.

Algunos sitios, especialmente de medios de comunicación -los que más dependen de la publicidad online- han empezado a tomar contramedidas similares a lo que hacen los adblockers, bloqueando a su vez el acceso a los usuarios de estos programas.

No obstante, y según señala el estudio de PageFair, esta medida no hace que la mayoría de los usuarios de programas de bloqueo baje su escudo y se rinda para poder consultar el sitio; tres de cada cuatro abandonan, lisa y llanamente, el sitio que les prohibe entrar con el adblocker activado.

Google se suma a la carrera

Paradójicamente, la compañía de Mountain View -que vive, esencialmente, de la publicidad onlineestá ultimando la introducción de su propio bloqueador de anuncios en Chrome, su navegador web que según las estadísticas de NetMarketshare, cuenta ya casi con el 60% del mercado mundial de los browsers.

Esto, que podría parecer a priori un contrasentido (¿por qué Google iba a torpedear su propio negocio desde la base?) tiene sus matices; el adblocker integrado en Chrome solamente bloqueará determinados anuncios que sean considerados intrusivos o perniciosos para el usuario por parte de la compañía del buscador.

Es decir, probablemente veremos más anuncios de la competencia bloqueados, y ninguno o tal vez alguno, de la propia compañía cuyo anunciante no cumpla las reglas establecidas por esta.

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