Fingbox es la extensión, a nivel de hardware, de la app Fing, la cual nos permite la monitorización y el diagnóstico de nuestra red Wi-Fi para mejorar su seguridad.
Por 89 dólares (puede ser adquirida a través del sitio web de micromecenazgos IndieGoGo), esta cajita con pinta de «tupper», la cual se controla desde la app Fing, y cuya misión es la de alertar al responsable de la red Wi-Fi (está pensada tanto para su uso doméstico como profesional) si pasa algo fuera de lo normal.
Así, es capaz de notificar cuando detecta la presencia en la red de un nuevo y desconocido dispositivo, lo que nos permite estar al tanto de posibles intrusiones, monitorizando la red 24 horas al día, 7 días a la semana. Evidentemente, desde la app y de forma remota, podemos bloquear dispositivos y desconectarlos de la red para protegerla.
También nos permite mantenernos al corriente del estado de la red, dándonos a conocer parámetros tan esenciales como el ancho de banda que se consume.
En este sentido, nos permite conocer qué dispositivos están consumiendo un mayor ancho de banda, además de poder conocer qué puntos de acceso son los más rápidos y cuales los más lentos. Así mismo, nos permitirá conocer la calidad de servicio de forma granular para las distintas aplicaciones.
Por ejemplo, si somos grandes usuarios de YouTube, podremos saber si el ancho de banda utilizado por este servicio es el correcto como para garantizar una calidad de servicio determinada.
En materia de seguridad, contamos tanto con los habituales controles paternos, que nos permiten limitar el acceso a contenidos en la red (útil tanto en casa como en una empresa), además de un escáner de puertos que nos permite detectar los puntos débiles en nuestra red, por los cuales pueden prosperar ataques que violen nuestra seguridad y privacidad.