Consejos para incrementar la seguridad de tu red Wi-Fi

Fotografía de Alan Levine en Flickr bajo licencia Creative Commons

Vivimos en tiempos convulsos, aunque posiblemente Confucio diría que lo que vivimos en realidad son tiempos interesantes (todo depende del color del cristal con que se miren). En lo digital, esta convulsión se mide por los ciberataques, de los cuales podemos protegernos con una serie de medidas para blindar nuestros dispositivos, pero todavía nos queda a muchos un posible punto de entrada que, por lo general, olvidamos proteger: la Wi-Fi.

Porque siempre nos quedamos con el mensaje que, de forma remota, alguien puede acceder a nuestro ordenador, pocas veces nos detenemos a pensar qué es lo que puede hacernos alguien en proximidad, con acceso directo a nuestra red local. Y el Wi-Fi es la pieza clave aquí.

Porque a nuestra Wi-Fi se puede acceder desde la calle, ya que normalmente se capta la red desde fuera del edificio, y no es tan complicado vulnerar unas medidas de seguridad simples.

Es por ello que hoy os ofrecemos una serie de consejos sobre la seguridad de las redes Wi-Fi, que permitirán que añadáis un punto de seguridad a vuestra infraestructura de red.

Claves: el tamaño sí importa

Ya lo dijo en su momento Edward Snowden al referirse a las contraseñas que empleamos para los servicios online: más que utilizar letras, números y símbolos mezclados sin que formen ninguna palabra coherente, es la longitud lo que dificulta que puedan ser hackeadas.

Así, es mejor una contraseña del tipo NoMeEnteroDeLoQueEstaPasandoNiEnSuenos (mejor no utilizar tildes ni carácteres especiales como ñ o ç) que 34gtjb67, por ejemplo.

Lo ideal sería utilizar las dos técnicas: mezclar letras, números y signos sin sentido en una clave de gran longitud. Por ejemplo: gdt67kmns98vcdtgskBGF091mnbvdtBIO=0981gbdhMN.

Ahora no utilicéis esta misma clave que os proponemos, sed creativos e inventaos otra…

No pueden hackear lo que no ven…

Cualquier router incorpora, en su configuración, un mecanismo que permite esconder el SSID de nuestra red inalámbrica. Y ¿qué es el SSID?

El SSID no es otra cosa que el nombre de la red, el que vemos en el listado de redes Wi-Fi disponibles cuando nos conectamos a una nueva red.

Hacerlo invisible exigirá que, en vez de seleccionar la red de una lista, debamos entrar manualmente su nombre, pero la buena noticia es que conocer ese nombre es una condición indispensable para poder conectarse a la red.

Además, probablemente disuadirás a muchos cibercriminales de que es mejor atacar las redes que están visibles que no esforzarse a detectar y penetrar redes que pueden saber que están ahí, pero de las cuales no ven su nombre. Con el análisis del tráfico que circula por el aire, los cibercriminales pueden llegar a conocer que hay redes ocultas y su nombre, pero es evidente que no todos estarán por la labor de investigar más si pueden empezar por las redes que tienen a simple vista.

Si no sabes configurar tu router para que esconda el SSID de la red inalámbrica, puedes contratar los servicios de un técnico o, si te instalan una nueva conexión de fibra en casa, o cambias de operadora, el mismo técnico que te llevará a cabo la instalación puede ser que también te pueda configurar la ocultación del SSID en el router.

Controla qué dispositivos se conectan

Y hablando de funcionalidades de nuestro router, otra que nos resulta interesante para incrementar la seguridad de nuestras redes Wi-Fi es el filtrado por dirección MAC.

Además de la dirección IP asignada por el mismo router a cada uno de nuestros dispositivos, las tarjetas de red de estos cuentan también con una dirección MAC única en todo el mundo. Filtrar por dirección MAC quiere decir que a aquella red solamente admitirá dispositivos conectados cuya tarjeta de red posea una de las MAC listadas.

Nuevamente, esta funcionalidad puede parecer difícil de configurar, pero los routers actuales acostumbran a incluir mecanismos que facilitan, y mucho, la configuración de estos aspectos.

Para encontrar la MAC de un dispositivo, cada sistema operativo tiene su propio camino, por lo que será mejor consultar el manual o buscar información por Internet para dar con ello.

Cambia todo lo que venga por defecto con el router

Tanto la contraseña de acceso a la configuración de tu router, como el nombre de la red o las redes Wi-Fi deben ser cambiados, ya que esta información podría correr por Internet.

Si puedes, modifica la potencia de transmisión de las antenas

Sin que afecte a la cobertura en el interior de tu hogar, claro, pero ¿para qué? Pues para dificultar que alguien detecte y se conecte a tu red desde fuera.

No todos los routers incorporan esta funcionalidad, por lo que tendremos que buscarla bien en el manual, y llevar a cabo pruebas de cobertura durante unos días tanto dentro como fuera de casa hasta asegurarnos que la cobertura es buena en el interior, y lo peor posible en el exterior.

Y deberemos ser conscientes que es imposible conseguir una cobertura excelente en interiores y nula en exteriores. Para eso, ya habría que montar un sistema más complicado (y caro) con inhibidores.

Las medidas que hemos explicado aquí no son excluyentes, y pueden -y deberían- aplicarse a la vez.

Imagen de portada de Alan Levine en Flickr bajo licencia Creative Commons

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