Las instituciones europeas, concretamente el EECC (European Electronic Communications Code) y el Berec (Body of European Regulators for Electronic Communication) aprobaron a finales del año pasado una serie de medidas como un sistema de avisos de emergencia por SMS, además de la bajada de los precios de las llamadas a otros países de la Unión.
La abolición del roaming en 2017 permitió, dentro del margen de unas prácticas de fair play, realizar llamadas sin coste adicional (el famoso roaming o itinerancia) cuando nos encontramos de viaje, así como utilizar conexiones de datos también sin coste adicional.
Ello facilita a los ciudadanos europeos que se desplazan ocasionalmente por Europa de vacaciones o por motivos profesionales, utilizar su smartphone sin ninguna restricción, a diferencia de lo que pasaba antaño, cuando a nuestros domicilios podían llegar abultadas facturas fruto de las llamadas y las conexiones de datos realizadas mientras estábamos fuera.
La abolición del roaming nos permite llamar estando fuera tanto a números del país en el que estamos como a números del de origen (el nuestro). Pero ¿qué pasa cuando queremos llamar desde nuestro país a otro de la Unión? Pués que todavía estamos sujetos a cargos extra, como antes.
Por ello, las autoridades europeas quieren seguir un proceso similar al de la abolición del roaming, disminuyendo gradualmente los precios de las llamadas al resto de los países de la Unión. Y el próximo paso es mañana miércoles día 15.
A partir de mañana, las llamadas que hagamos desde nuestro móvil o fijo a cualquier otro número de cualquier otro país de la Unión deberán tener un coste máximo de 19 céntimos de euro el minuto, así como los SMS no podrán pasar de 6 céntimos por minuto, precios a los que será necesario añadirles los impuestos (IVA), lo que los deja en unos 23 céntimos el minuto de llamada, y 7 céntimos los SMS, impuestos incluidos.