Aunque a día de hoy todavía nos parezca increíble que haya ordenadores que no incluyan conectividad inalámbrica por Wi-Fi, lo cierto es que así es.
Estamos hablando de los ordenadores de sobremesa, los cuales, y en la mayoría de los casos, los fabricantes presuponen que van a ser utilizados con una conexión de cable, por lo que incorporan tarjeta de red Ethernet (ya directamente en placa base), pero no Wi-Fi ni Bluetooth.
Sin embargo, eso no siempre es cierto, y es posible que tengamos el ordenador de sobremesa ubicado en una habitación distinta a aquella donde tengamos ubicado el router, y que para hacer pasar la señal de red mediante cable, tengamos que hacer obra o dejar un incómodo cable tendido en medio del paso.
Además, debemos tener en cuenta que un cable Ethernet acostumbra a ser más grueso que otros tipos de cable como el del teléfono, por lo que es menos dado a quedarse en la forma en que nos sea más conveniente para que no moleste… y en muchos casos, la gente prefiere no tocar la pared para pegarlo o hacer otra ‘chapuza’ para que se mantenga alejado del paso.
Así que aquí es donde entran en juego dispositivos PLC, u otros dedicados, como es el caso de este que nos crea un puente Wi-Fi entre dos puntos, conectando uno de sus extremos al router. La ventaja es que, en el otro extremo, nos proporciona otro punto de acceso Wi-Fi, además de cinco puertos de red por cable.
Reaprovechar nuestro antiguo smartphone
Cualquiera de estas dos soluciones requiere un desembolso económico, puesto que tenemos que adquirir nuevo hardware (el dispositivo PLC, o el Devolo Gigagate o equivalente). No obstante, muchos tenemos algo que nos ronda por algún cajón: un smartphone antiguo, que no hemos vendido o reciclado por algún motivo, y que podemos utilizar en esta tarea.
Los principales sistemas operativos hace tiempo que reconocen una conexión de red por USB, por lo que solamente necesitaremos conectar nuestro smartphone a nuestro ordenador mediante el cable adecuado (puede ser el mismo con el que cargábamos ese viejo teléfono), y configurar el smartphone para que se conecte por Wi-Fi a la red doméstica.
El terminal no necesitará tener una tarjeta SIM ni estar conectado a la red telefónica, aunque este es el mismo método empleado para conectarnos a la 4G desde un portátil mediante red celular cuando no contamos con Wi-Fi cerca.
Cómo configurar el dispositivo
Conectar el teléfono a la red Wi-Fi doméstica no debe ser un problema. De hecho, cuando configuramos el teléfono, nos solicita que lo conectemos a una red Wi-Fi.
Una vez configurado el acceso a la red Wi-Fi, en el terminal, deberemos acceder a los ajustes del sistema y al apartado Conexiones inalámbricas y redes
y, dentro de esta, Compartición de Internet y punto de acceso portátil
.
Si tenemos el teléfono correctamente conectado al ordenador, veremos activa la opción Anclaje por USB
, que deberemos activar explícitamente. Estos nombres de sección y opciones pueden variar ligeramente, según la personalización del Android empleada por el fabricante del terminal.
A partir de aquí, ya no deberíamos configurar nada más, puesto que el sistema operativo del ordenador debería reconocer directamente la conexión.
Esto puede ser que lo haga de diversas formas (como conexión a red mediante USB, USB a Ethernet,…), así que solamente tendremos que asegurarnos de en qué forma lo indica para poder gestionar la red a posteriori.
Recordemos que la conexión a la red Wi-Fi tenemos que hacerla desde el smartphone, no desde el ordenador, ya que este último dispositivo la verá como una conexión de cable, es decir: lo que entre por el cable es mi acceso a red, sin importar cómo lo gestione a partir de ahí.Wi-Fi